Hacerlo había sido tan sencillo...seguramente porque todavía no estaba consciente del resultado. Federico había llegado casi en punto. Andrea estaba sentada frente a la ventana, terminándose la copa de vino blanco.
-Hola preciosa- dijo él
-Hola-, replicó ella
-¿Qué tienes corazón? te veo rara
-Pues es que desde hace unos cuantos días, o bueno, meses, quería hablar contigo...pero no sabía como
-A ver, a ver, permíteme servirme y sentarme para escucharte porque tu tuno no suena nada amigable, qué rico vino trajiste, es chileno...¿Quiéres que vaya a comprar algo para acompañarlo? ¿Estamos celebrando algo acaso?
-No gracias, mira tengo prisa, es difícil Federico, pero ya estoy harta, no vamos a llegar a ningún lado con esta situación...tu jamás vas a dejarla y yo no puedo vivir escondiéndome, me siento tan mal de que no podamos salir a ningún lado porque ¿Qué tal si nos encontramos a alguien? es muy triste pero el amor ya no me cabe dentro de estas cuatro paredes
-Pero nena, solo dame un poco de tiempo, ya te he dicho que es una situación complicada y yo te amo tanto...
Las palabras retumbaban, había un eco diferente, o tal vez sería que Andrea estaba demasiado concentrada en escucharlo por última vez.
-Me voy Federico, solo quería decírtelo de frente y quería también darte las gracias porque he vivido intensamente contigo y te amo demasiado...las lágrimas llenaron sus ojos
-Pero mi amor, por favor dame tiempo, te prometo que en un par de meses todo estará arreglado ¿Si?
-No puedo Federico, y ya no hagas esto más difícil, las fotos están en la otra habitación...ahi encima te las dejo...lo he pensado mucho y será lo mejor para los dos, sigue con tu vida de antes y yo dejaré de complicarme la existencia, gracias y adios. Lo miró fijamente como si quisiera atravesarlo con la mirada, quería recordarlo así, con sus facciones perfectas, con la frente amplia y los ojos más hermosos enmarcados por unas pobladas cejas, la nariz recta, alto delgado y bastante fuerte...vestía un suéter color vino y pantalones caqui...así sería como lo recordaría, pues nisiquiera planeaba asistir al velorio. Acto seguido se levantó, tomó su bolsa, lo besó en la frente y lo dejó ahí sentado, mirando la nada.
-Volverás cuando extrañes mis caricias sobre tu piel...
Ella lo escuchó pero no dijo nada, solo salío corriendo, se subió al auto y lo encendió...entonces empezaron a correr las lágrimas por sus mejillas, no podía creer lo que había hecho, se arrepentía y ahora era demasiado tarde. ¿De dónde había sacado la idea? no lo sabía pero quería gritar, correr, regresar y besarlo y amarlo como tantas veces lo había hecho... pero no lo hizo, en cambio se apresuró y tomó el periférico, manejó tan rápido que en 20 minutos estaba ya en su casa. Era demasiado triste pero era verdad, Federico estaría vivo tan solo un par de horas más y ella era la culpable.
-Hola preciosa- dijo él
-Hola-, replicó ella
-¿Qué tienes corazón? te veo rara
-Pues es que desde hace unos cuantos días, o bueno, meses, quería hablar contigo...pero no sabía como
-A ver, a ver, permíteme servirme y sentarme para escucharte porque tu tuno no suena nada amigable, qué rico vino trajiste, es chileno...¿Quiéres que vaya a comprar algo para acompañarlo? ¿Estamos celebrando algo acaso?
-No gracias, mira tengo prisa, es difícil Federico, pero ya estoy harta, no vamos a llegar a ningún lado con esta situación...tu jamás vas a dejarla y yo no puedo vivir escondiéndome, me siento tan mal de que no podamos salir a ningún lado porque ¿Qué tal si nos encontramos a alguien? es muy triste pero el amor ya no me cabe dentro de estas cuatro paredes
-Pero nena, solo dame un poco de tiempo, ya te he dicho que es una situación complicada y yo te amo tanto...
Las palabras retumbaban, había un eco diferente, o tal vez sería que Andrea estaba demasiado concentrada en escucharlo por última vez.
-Me voy Federico, solo quería decírtelo de frente y quería también darte las gracias porque he vivido intensamente contigo y te amo demasiado...las lágrimas llenaron sus ojos
-Pero mi amor, por favor dame tiempo, te prometo que en un par de meses todo estará arreglado ¿Si?
-No puedo Federico, y ya no hagas esto más difícil, las fotos están en la otra habitación...ahi encima te las dejo...lo he pensado mucho y será lo mejor para los dos, sigue con tu vida de antes y yo dejaré de complicarme la existencia, gracias y adios. Lo miró fijamente como si quisiera atravesarlo con la mirada, quería recordarlo así, con sus facciones perfectas, con la frente amplia y los ojos más hermosos enmarcados por unas pobladas cejas, la nariz recta, alto delgado y bastante fuerte...vestía un suéter color vino y pantalones caqui...así sería como lo recordaría, pues nisiquiera planeaba asistir al velorio. Acto seguido se levantó, tomó su bolsa, lo besó en la frente y lo dejó ahí sentado, mirando la nada.
-Volverás cuando extrañes mis caricias sobre tu piel...
Ella lo escuchó pero no dijo nada, solo salío corriendo, se subió al auto y lo encendió...entonces empezaron a correr las lágrimas por sus mejillas, no podía creer lo que había hecho, se arrepentía y ahora era demasiado tarde. ¿De dónde había sacado la idea? no lo sabía pero quería gritar, correr, regresar y besarlo y amarlo como tantas veces lo había hecho... pero no lo hizo, en cambio se apresuró y tomó el periférico, manejó tan rápido que en 20 minutos estaba ya en su casa. Era demasiado triste pero era verdad, Federico estaría vivo tan solo un par de horas más y ella era la culpable.
-Lo maté....lo maté repitió, esas dos palabras marcarían el resto de su existencia...